A principios de 1914 le surge un contrato para ir a cantar ópera en Italia. Vicente actúa en el Teatro Martinetti de Garlasco, en Pavia, con gran éxito. Las críticas en los periódicos son elogiosas, pero el estallido de la primera Guerra Mundial le obliga a regresar a Barcelona, donde actúa durante un tiempo en diversos teatros de la Ciudad Condal y también en otras ciudades cercanas, cantando tanto ópera como zarzuela. Ha dirigido definitivamente sus pasos hacia esta profesión, por lo que al ser contratado por la compañía de zarzuelas del Teatro Ruzafa de Valencia, se dirige allí con su mujer y su hijo. Finalizada en Enero la temporada en el Ruzafa, Vicente, que ha recibido un contrato del Teatro Martí de La Habana, cruza por primera vez el Atlántico para ir a cantar a Cuba. Su mujer, que espera su segundo hijo, no viaja con él, quedándose en España, de dónde nunca querrá irse, a pesar de los reiterados intentos de Vicente.
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Barcelona, Enero 1915 Retrato de Vicente Ballester |
Barcelona, Setiembre 1915 Vicente Ballester y Clara Panach en En Sevilla está el amor |